sábado, 8 de noviembre de 2014

Después de Ayotzinapa

Desde hace unos días las redes sociales están repletas de indignados por el caso Ayotzinapa y con mucha razón. Lo aplaudo. La comunidad internacional ya volteó a vernos y espero que ese sea el más grande aliciente para que todo se aclare. Nos guste o no, México, al igual que los países de Latinoamérica y otras regiones en vías de desarrollo, depende de las directrices que establecen las naciones más poderosas del mundo y éstas deben saber que lo que acontece en un país de más de 120 millones de habitantes repercute de manera directa o indirecta en sus intereses.

Mi postura es la siguiente: ¿es cierto que necesitamos exigir al gobierno que actúe con todo el peso de la ley para castigar a los responsables?, ¡claro que sí! qué bueno que lo estemos haciendo, pocas cosas son tan legítimas como buscar la verdad y la justicia. Deseo con el corazón que este enfado nacional sea atendido y que a la vez produzca un efecto positivo.

Creo que debemos aprovechar las circunstancias actuales para algo que nos incumbe y está en nuestras manos: cambiar y mejorar como personas. Suena sencillo pero esta es la primer y quizás única verdad, ¿cómo? pues aportando lo que nos corresponde, siendo mejores hijos, padres, hermanos, esposos, vecinos, trabajadores, jefes, líderes, profesionistas, amigos... 

Una vez escuché que el símbolo chino que representa la palabra PROBLEMA es el mismo que representa la palabra OPORTUNIDAD. Así que con una mano alzada para protestar pero con la otra anotando los compromisos para mejorar.
  

 
 ¿Qué tal si empezamos por participar como ciudadanos?...¿fuiste a votar en julio de 2012?, ¿educas a tus hijos con valores?, ¿respetas a tus padres?, ¿apoyas a los maestros mexicanos?, ¿consumes los productos que el país produce?, ¿das lo mejor de ti en tu oficio, arte o profesión?, ¿pagas lo justo por los servicios que recibes y los productos que consumes?, ¿dedicas más tiempo a tu familia que a las redes sociales?, ¿cuidas tu dinero, o esperas el buen fin para gastar lo que no tienes?, ¿sobornas a la autoridad?, ¿abusas de tu posición o cargo?, ¿ayudas al anciano o al lisiado en la calle?, ¿te organizas y participas en equipo en la escuela, en el trabajo, tu colonia, el municipio, el estado?, ¿incluyes a las mujeres, a los niños, a los indígenas?, ¿buscas tu felicidad Y la de los demás, o A COSTA de la de los demás?

No nos engañemos, el cambio solo es auténtico cuando comienza por nosotros mismos. Nuestro país no es una bandera, un escudo, un partido político o una persona...México, eres tú, soy yo, ¡México somos los que lo habitamos!

Me gusta ser optimista. Si me acusan de serlo de más lo acepto. Pero la vida me ha enseñado que el optimismo obra milagros. Confío en Dios que los familiares y amigos de los estudiantes encuentren justicia.


Que la vida de 43 personas sean honradas por todos los mexicanos con un cambio verdadero.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario