martes, 21 de julio de 2015

Recordar es volver a vivir...


Por: Tania Yazmín Romero Zepeda
Licenciada en educación especial, en el Área de Deficiencia Mental.

Mi estancia como estudiante del I.E.E.N.N. fue muy agradable, rodeada de mis compañeros que al pasar de los años se convirtieron en mi familia, mis maestros que aún recuerdo con mucho cariño, pues parte de lo que soy se los debo a ellos, la banda de guerra a la que estuve integrada los 7 años y en la cual conocí gente grata y viví tan felices momentos, las charlas entre clases, los jardines y hasta el puestecito de dulces en la entrada ¡Qué tiempo tan maravilloso!

Al egresar, como cualquier estudiante tenía muchas ilusiones, pero la mayor, era la de colaborar para tener un mundo mejor; había pasado prácticamente los cuatro años de licenciatura asistiendo al Centro de Atención Múltiple no. 10 como voluntaria y posteriormente a realizar mis prácticas y servicio social, lo cual me dejó importante aprendizaje para mi desarrollo como profesionista.

El encuentro con mi realidad comienza cuando no tengo oportunidad para desarrollarme en un centro acorde a mi perfil de egreso, no obstante, se me abren las puertas en la  Universidad Autónoma de Nayarit, lo cual consideré como un reto, pues no existía ningún acercamiento a esa institución.

El primer día que me presenté, fue el 14 de Octubre del año 2005 al edificio Complex, en el departamento del Tronco Básico Universitario (TBU) donde colaboré con la esposa del rector de ese momento, la maestra Emma Lorena Sifuentes Ocegueda. Ahí permanecí por dos años, desempeñándome en labores de investigación y administrativas. Esto me sirvió mucho, pues desarrollé nuevas habilidades investigativas y reforcé mi vocación por la docencia.

A pesar de pertenecer a un gran equipo de trabajo, mi inquietud por estar frente a grupo crecía cada día más, por lo que en noviembre de 2007, me integré al Área de Ciencias Sociales y Humanidades, específicamente al programa de Psicología y donde hasta la fecha continúo prestando mi servicio.

En Enero de 2008, fue mi primer acercamiento en aula con estudiantes de entre 20 y 30 años, y el sentimiento aún no lo olvido y dudo que pueda hacerlo; los nervios y la adrenalina estuvieron presentes en todo momento, sin embargo, traté de mantener la postura (no estoy segura de haberlo logrado). Traté de aplicar técnicas y estrategias docentes aprendidas de mis maestros normalistas y, desde mi percepción, la mayoría funcionaron.

Semestre a semestre he convivido y aprendido de jóvenes, trabajando 5 unidades de aprendizaje de la línea de investigación en psicología y ciencias de la educación, y he abordado Educación Especial en los programas de psicología y de puericultura (en éste último, tuve la fortuna de organizar  un panel y contar con el apoyo de mis compañeros normalistas Joel Servando Montes y Enrique Miramontes Rodríguez) , lo cual me ha hecho sentir realizada como profesionista y como ser humano.

He comprobado que la docencia es un arte, y que para llevarla a cabo se necesita preparación, creatividad y entusiasmo. El docente crece con las experiencias y trasciende en el tiempo por su calidez.

Espero continuar con los nervios y la adrenalina que sentí la primera vez cada que llegue a un grupo que no conozco, pues considero que eso me mantiene viva y  enamorada de mis actividades, actualmente me desenvuelvo como tutora, directora de tesis y docente facilitadora, lo que me hace sumamente feliz. 

¡Si pudiera regresar el tiempo, volvería a vivir lo mismo!




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3 comentarios:

  1. Amiga... ¡Tienes una redacción increíble! Me encantó la manera que transmitiste tu experiencia docente. ¡Felicidades! <3

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    1. ¡Gracias Amiguita Hermosa! Sería Bueno Planear Un Cafecito Para Platicar.

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    2. Me encanta la idea! Vamos poniéndonos de acuerdo en estos días :D

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